La convivencia con los enfermos de demencia senil o Alzheimer es dura. Las demencias conllevan unos deterioros que se manifiestan en cambios en la vida diaria del paciente y, por ende, de los familiares.
Los fármacos ayudan a la ralentización del deterioro del proceso de la demencia senil o el Alzheimer, pero en el día a día, los cuidadores deben poseer estrategias que faciliten la vida diaria, que hagan más llevadera la convivencia.